La improvisación
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Cuando nos referimos a la improvisación en cualquiera de las otras áreas del arte estamos hablando de un proceso superador de la formación, es decir un músico puede improvisar luego de haber adquirido los suficientes conocimientos de la música, pero en el caso del teatro, esto suele ser a la inversa, ya que tomamos a la improvisación no sólo como instancia para la creación, sino por el contrario, como instancia didáctica dentro del proceso de aprendizaje. Improvisar es explorar en acción.
Improvisación grupal
En esta clase de improvisaciones el coordinador narrará desde afuera una situación determinada. Ésta debe incluir un espacio, momento del día y una serie de aconteceres o circunstancias que irán complejizando la situación. Un dato importante es que cada alumno optará con libertad y sin premeditación el rol que vaya a cumplir. No es necesario que el coordinador narre todas las circunstancias de antemano, sino que las irá agregando a medida que la improvisación evolucione. En el caso en que el trabajo se neutralice a sí mismo o que por algún motivo se esté boicoteando el ejercicio, el Coordinador, que ha estado despierto durante todo el desarrollo, irá creciendo propuestas que reaviven el trabajo y lo tomen o mantengan dramático. A estas consignas las denominaremos “de ajuste”.
Luego de un calentamiento muy activo que finaliza con todos en el piso, el coordinador comienza a contarles que: “... Es de noche, se encuentran en un barco, por algún motivo están todos durmiendo en el piso. Se comienzan a escuchar los sonidos del amanecer, la frescura de las gotas de mar nos salpica la cara, se humedecen los pies. El cuerpo está cada vez más mojado. Está entrando agua en el barco, si no la sacan se hunde...” (cada uno se pondrá en acción desde el rol que le surja en ese momento).
Ejemplos de circunstancias: no hay botes salvavidas; toda la tripulación se fue en un bote; se aproxima otro barco; una embarazada comienza a parir; tormenta con olas gigantes; en el agua hay tiburones; etc.
Otras temáticas a dramatizar pueden ser: el altillo de los abuelos; la fábrica abandonada; perdidos en la isla; aterrizaje forzoso; la feria de antigüedades persa; encerrados en un museo de arte egipcio.
Ésta es una etapa intermedia entre las improvisaciones grupales y las subgrupales. La misma consiste en que el coordinador que va siguiendo atentamente el desarrollo de la situación dramática propone un stop de la situación general y focaliza una situación determinada entre dos o más compañeros a los que consignará que sigan desarrollando la situación que venían jugando. El resto queda detenido en stop. Luego mediante un nuevo stop congelará la situación recortada anteriormente para después continuar en forma conjunta y volver a recortar. La idea de este juego es que todos pasen por una situación recortada de interacción con otros.
Para empezar, le pedimos al grupo que piense en un lugar donde se encuentra mucha gente interactuando a la vez, por ejemplo: una fábrica; la escuela; una feria; un barco; un hotel; un supermercado; un hospital; un barrio.
Una vez sugeridos los lugares se selecciona uno por votación. Supongamos que se elija la escuela, vamos a pensar y a anotar los roles que se juegan en la escuela: director/a; vice; secretaria/o; maestros de grado; maestros especiales; profesor/a de teatro; portero/a; miembros de la Cooperadora; alumnos; otros.
Entonces se procede al reparto de los roles y funciones. Una vez hecho el reparto, se arma el lugar elegido. Realizado el armado, se comienza a interactuar, dejando que surjan situaciones de juego espontáneo. Por supuesto que el juego de roles se puede ir complejizando, pero para empezar, ésta es la manera más sintética y fácil de acceder.
Improvisación subgrupal
De acuerdo con la cantidad de participantes del grupo podemos dividir al mismo en pequeñas agrupaciones de 4 a 6 integrantes. Proponemos esta cantidad para que no queden demasiado expuestos y para que puedan relacionarse e interactuar todos. Es importante destacar que en estos ejercicios cobra real importancia el público.
Es una instancia muy fácil y muy antigua de hacer teatro, es recomendable recurrir a un ritual de apertura, como por ejemplo encender velas (según la calidad tardan entre una hora y media o dos en consumirse, también la relación del consumo varía sí están o no cerca de una ventana). Otra posibilidad es cantar una canción que todos aprendan para iniciar el ritual y/o delimitar el espacio con una tela, arena, o cercarlo con los elementos que dispongamos. Lo importante en este caso, es que todos los participantes se desempeñen en ese rol, el de participante. Este trabajo no cumple su cometido si tenemos espectadores o críticos, todos y cada uno debe sentir desde el inicio que su rol es fundamental para que se desarrolle la tarea, por lo cual debe iniciarla e iniciarse en la misma.
Luego de armado el espacio nos disponemos a: realizar una ronda cantada y bailada por todos simultáneamente; sugerir un calentamiento específico para desinhibirse (mover un poco el esqueleto, sacudirse uno la calle de encima, etc.); calentar el aparato fonal con una ronda de ecos y su repercusión en el cuerpo.
La disposición del grupo se realiza generalmente en forma circular y sentados Los roles que se desempeñan son: uno hace de director o coordinador de escena, que generalmente es fijo; otro hace de autor (el 1 cuenta la historia), es rotativo; otros cumplirán la función de actor, éstos serán seleccionados por el autor.
Si contamos con elementos de vestuario, escenografía, luz y sonidos desempeñarán estos roles técnicos, que a su vez también serán seleccionados por el autor.
Entonces sucede que alguien cuenta una historia inventada, algo le pasó, un sueño, algo que leyó, algo que le contaron...
A partir de la historia contada siempre podemos deducir los elementos de la estructura narrativa. Para facilitar la tarea, al director-coordinador de escena le ofrecemos este listado de preguntas, las cuales funcionarán como guía para la estructuración del relato y que éste pueda desarrollarse lo más fielmente posible al original para su posterior representación.
- ¿Dónde pasa? El Lugar.
- ¿Qué pasa?
- ¿A quién le pasa? ¿Quiénes intervienen? ¿Cuándo pasa?
- ¿Qué cosas había?
- El argumento.
- El protagonista.
- Otros roles y funciones.
- Lo referido al tiempo.
- Lo referido a la escenografía.
Una vez que se contó la historia, se le pregunta al autor qué compañero de la ronda puede desempeñar cada rol, tanto los personajes se nombraron u objetos que aparecían en la historia. Armado el reparto y sabiendo el argumento recontado por el director-coordinador, procede a su armado, para su posterior representación. En una sesión de trabajo se puede contar más de una historia. Para concluir se pide a todos que construyan un ritual de cierre.
Se le pide a cada subgrupo que en un tiempo no mayor que 5 minutos, organice una situación, distribuya los roles y organice los elementos de utilería que va a utilizar como también de vestuario Luego cada grupo pasará a improvisar.
Previamente el coordinador organiza una serie de tarjetas por tamaño o color a las que les asignan un valor para el juego, a saber: amarillas: espacios posibles (plaza, el correo, un ascensor, la playa, etc.); rojas: 4 roles posibles (una bruja, un comisario, un perro y un vendedor), estos 4 roles deben estar sí o sí, no pueden faltar. Esto no quita que si son más de cuatro en el grupo, se agreguen otros roles por cuenta de ellos; verdes: un acontecimiento (robo, incendio, declaración de amor, sordera repentina, hechizo, lluvia de barro, herencia, etc.); azules: una frase, que debe decir en diferentes momentos cada integrante del grupo (“Lo que mata es la humedad”, “Yo no soy de Escorpio”, “Y vos me lo decís”, “Los patacones nunca fueron moneda fuerte”, etc.).
Cada subgrupo debe elegir una tarjeta de cada color y organizar en no más de 5 minutos, con esos datos, la situación a improvisar.
Se le pide a cada grupo que organice una situación en un tiempo determinado con tema libre. Cuando ya están listos para improvisar se les pide que la desarrollen hablando únicamente en idioma inventado.
Una vez divididos en subgrupos se le pide que con tema libre armen una improvisación. Al momento de pasarla, el coordinador les pedirá que adopten una actitud corporal para no modificarla a lo largo de la misma (es decir congelados sin expresión en el rostro y sin gestos), que desarrollen sólo con la voz el trabajo que se propusieron.
El coordinador pide al grupo que arme una improvisación con tema libre. Al momento de pasar pedirá a cada subgrupo que la realicen en forma lenta, tratando de sintonizarse entre todos para que tengan la misma lentitud de realización de la acción. Es decir, el mismo ritmo.
El mecanismo es similar al ejercicio anterior, pero esta vez lo que cambia es la velocidad. El ritmo debe ser veloz, rápido y este tiempo en el que se desarrolla la acción no debe impedir una correcta dicción o justificar caídas o choques.
Se le da a cada subgrupo un tema musical sin letra, que preferentemente proponga imágenes. Lo deben escuchar y luego imaginarse el guión de una película que tendrá este tema como música de fondo. Cuentan la historia y la dramatizan.
Improvisaciones por parejas
Un integrante del grupo queda en el espacio escénico y el resto se retira. A partir de ahora, cualquier compañero que lo desee ingresa al mismo, proponiendo desde su accionar una situación, espacio determinado y vínculo. El primero debe adaptarse a la propuesta que trae el segundo e improvisan. En cualquier momento entra un tercer compañero con una propuesta nueva, entonces el primero, debe resolver su salida y el segundo adaptarse a la nueva propuesta. Dentro de esta mecánica, siempre habrá dos en escena.
- Sin fin con objetos: la misma mecánica que el anterior, pero esta vez cada compañero deberá entrar a escena con un objeto que utilizará en la misma.
- Sin fin con transformación de objeto: la misma mecánica del anterior, pero en escena siempre habrá un mismo objeto que quien entre debe transformar desde su accionar en otro elemento. Por ejemplo: una silla que se puede transformar en un trono, un trineo, una casilla telefónica, un bebé, etc.
- Sin fin con idioma inventado: igual mecánica que el anterior, pero esta vez el que entra propone un idioma inventado. Por las tonalidades, por la musicalidad, las pausas y silencios, la articulación, la fonética, etc., el que ya estaba se debe adaptar al idioma propuesto.
Pasa una pareja, y el coordinador pone una música determinada que ellos deben bailar juntos. La música se corta de golpe y a partir de ese momento comienzan a desarrollar una situación.
Se les pide a las parejas que inventen una improvisación con tema libre y que la representen. Una vez concluida la ronda de presentaciones se les pide que vuelvan a realizar la improvisación pero el coordinador les cambiará de época, por ejemplo: época de las cavernas; en la colonia; gauchesca de dos siglos pasados; egipcia; del futuro, en el 3005; tangueada; lejano oeste texano; campiña inglesa.
A cada pareja se le pide que arme una improvisación y luego que pase a representarla. En el desarrollo de la misma el coordinador propondrá algunas circunstancias determinadas que modifiquen la situación. Es importante que estas circunstancias que introduce el coordinador modifiquen la situación sin que esta cambie radicalmente. Por ejemplo: alguien puede estar escuchándolos; se precipita un terremoto; uno huele mal; urgente necesidad de ir al baño; empieza a haber goteras; se siente olor a quemado; alguien pide auxilio en algún lugar cercano.
Se le pide a la pareja que organice una improvisación con tema libre, mientras el resto del grupo diseñará y delimitará tres espacios diferentes. Por ejemplo: el dormitorio, el baño, el balcón. Luego la pareja deberá jugar la situación planteada adaptándose a cada espacio y justificando desde la acción la necesidad del tránsito de un espacio al otro.
Se le pide a cada pareja que organice una situación con tres secuencias que respondan a introducción, nudo y desenlace. La muestran, luego deberán reorganizarla modificando el orden de las secuencias, pero sin perder coherencia.
Improvisación con texto
Cada pareja recibe una tarjeta con un texto de cuatro frases. Ellos deben estructurar una improvisación en la que en algún momento se incluya ese texto. El resto de los compañeros que observen la escena deben descubrir cual es el texto. Es importante que estos textos no signifiquen demasiado como para programar el trabajo. Es decir que puedan ser incluidos fácilmente dentro de la estructura de cualquier situación. Por ejemplo:
Texto No. 1 | Texto No. 2 |
—¿A qué hora dijo que venía? —A eso de las siete. —¿Qué le habrá pasado? —¿Querés que lo llame por teléfono? |
—Pero, ¿vos me querés a mí? —Claro que te quiero. —Y, ¿por qué no me lo decís? —¿Cómo querés que te lo diga? |
Texto No. 3 |
Texto No. 4 |
—¿Dónde lo pusiste? —Entre las medias. —No está. —Búscalo bien. |
—Es la última vez que vengo. —No te quejes. Si te gusta. —Pero nadie me avisa de nada. —Lee el diario y cállate. |
Cada uno de los integrantes de la pareja recibe una tarjeta con dos textos. Ninguno debe mostrar su tarjeta al compañero. Durante la improvisación deberán usar esas frases en cualquier orden, la cantidad de veces que quieran. Es importante que las improvisaciones nunca arranquen con esos textos. Por ejemplo: salga de aquí; váyase; vuelva; ordene todo; dame el dinero que me debés; ¿por qué me traicionaste?; ¿qué sabés de ese asunto?; ¿cuántos vienen?; ¡no abras!; cállate; hoy me duele la cabeza; olés a ajo.
Comenzamos este trabajo en ronda donde cada uno tiene una hoja y algo para escribir. El primer juego que hacemos se llama “cadáver exquisito”, que era una de las dinámicas que utilizaban los escritores surrealistas para producir escritura. El juego consiste en que cada uno responda en el papel con una frase de no más de dos renglones a cada pregunta realizada por el coordinador y que doble el Papel de manera tal de que no se vea lo escrito. A una señal del coordinador (todos juntos) pasan el papel recientemente escrito hacia su derecha, el que lo recibe vuelve a realizar el mismo procedimiento y así, sucesivamente hasta agotar las preguntas o la ronda. Una vez que todos escribieron alguna frase “cualquiera” en las hojas, se procede a lo siguiente: desarrollarlo y leerlo para sí; corregirlo (es decir pasarlo todo al genero masculino o femenino según corresponda y agregarle lo necesario que pudiera faltar como enlace entre frase y frase); lectura final de las producciones.
Luego se forman parejas, cada una elige uno de los textos o decide trabajar con los dos y realiza una improvisación, en la cual deberán aparecer sí o sí los textos seleccionados.
Este tipo de ejercicio si bien es un poco complicado lo podemos usar como introductorio al lenguaje del absurdo o para romper las clásicas formas de representación realista-naturalista. Vamos a ver ahora algunas de las preguntas posibles que puede usar el coordinador: ¿por qué te despertaste tan temprano?; ¿para qué querías verme?; ¿qué haces ahí escondido?; por favor contáme la verdad; ¿qué tenés ahí?; ¿qué te gustaría que me ponga?
Cada pareja recibe un texto, ya sea éste narrativo o poético (poesía, canción, cuento, etc.) con este material deberá: leerlo; extraer la situación dramática posible, que no incluya más de dos sujetos en escena; elaboración de los textos posibles para esa situación determinada; realizar la improvisación. Lo más probable es que estos textos no sean los definitivos, es decir, luego de la primera pasada, la pareja tendrá que ajustarlos a las necesidades textuales que surgieron en el trabajo mismo. Este proceso se realizará entre cuatro a cinco veces, pero una vez determinado el texto, los participantes deberán respetarlo, sin modificarlo durante la escena. Es importante que esta construcción textual nunca sea explicativa del suceso, dado que esto sólo impedirá la búsqueda creativa por parte de los actuantes y los obligará a desaparecer tras los textos. Recordemos siempre que el texto es “sólo” un elemento más y no la primera figura.
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Acerca del trabajo con texto dramático: dadas las características de nuestro trabajo, en esta producción la propuesta será jugar. Jugamos con todo el cuerpo, con todo nuestro ser. Con lo voluntario y lo involuntario, pero como la única posible objetivación y organización se nos presenta sólo en el terreno de lo voluntario, nos moveremos dentro de este circuito. El texto, por ende, será siempre una información proveniente del exterior. Va a modificar, sin lugar a duda nuestro trabajo, pero como ya dijimos anteriormente, no lo va a dominar. No es el texto el que juega, somos nosotros, en la interacción con los compañeros, los que jugamos, creamos y recreamos una situación dramática que entre otros elementos tiene al texto. El texto siempre es un pretexto para el subtexto. Son las reglas del juego y los límites de la cancha. Como venimos viendo en el desarrollo del tema de la improvisación cuanto más clara sea la estructura que contiene a la escena, más fácil nos resultará investigarla. Es decir, al contrario de lo que se supone comúnmente, en el caso de la actuación, la estructura nos da libertad de acción. Sólo somos creativos en un contexto limitado, la falta de límite nos conduce a una búsqueda infinita que no se puede transgredir.