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Atención y concentración

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Podríamos pensar en una progresión para desarrollar la atención y la concentración, partiendo de la mirada. Ver es la posibilidad que nos brinda, nuestro sentido ocular. Mirar es direccionar hacia algún sector de nuestro campo visual. Observar es focalizar la mirada con un fin determinado Atender es estar a la expectativa para reaccionar ante un estímulo determinado. Concentrar es centrar la atención en algo. Podríamos agregar para estos dos últimos casos atender y concentrar, que no necesariamente involucran sólo la mirada. 

Saludo atentamente

En simultáneo y colectivo se desplazan todos por el espacio; a la orden de stop del coordinador, le dan la mano al compañero más cercano diciendo cada uno su nombre. Al segundo stop lo mi sino, pero agregando también el saludo con la mano izquierda. Al tercer stop: mano derecha, mano izquierda, hacemos contacto hombro-hombro (derecho con derecho, izquierdo con izquierdo), así sucesivamente hasta llegar a una secuencia que involucre: rodillas, cadera, cabeza-cola. A cada nuevo encuentro es conveniente sugerir que agreguen otro dato personal. 

Ronda de aplausos

Se arma una rueda en la cual practicamos: aplauso al medio (centrado en el pecho) otro a la derecha y otro a la izquierda. Una vez que todos los integrantes del grupo reconocen el código, comenzamos con el juego. El coordinador comienza con un aplauso a la derecha pasándolo de esta forma al compañero que se encuentra en ese lado, éste a su vez lo pasará al de su derecha y así sucesivamente. Luego se realiza una ronda para la izquierda. En la tercera ronda fijamos a dos compañeros que estén enfrentados, estos tendrán la opción de cambiar el sentido del aplauso. Una condición importante a partir de esta fase es que nadie puede aplaudir más de una vez por turno y no se debe repetir el mismo sentido. De esta forma evitaremos que el juego se concentre en unos pocos. 

En la ronda siguiente incorporamos otros dos compañeros con la opción de modificar el sentido y así en adelante hasta que sea libre para todos la decisión de cambiar el sentido. Lo cual irá incrementando el nivel de atención. 

Es fundamental destacar que quien regirá previamente la elección del compañero es la mirada. Si ésta no se fija en el compañero elegido es muy probable que respondan dos o más. 

Una vez adquirida práctica en este juego, podemos incorporar el aplauso hacia delante con lo cuál lo estaría mandando a un compañero que esté enfrente. 

Si el grupo es muy numeroso otra opción es que al mandarlo deba decir el nombre del compañero elegido.

A la pelotita

Todos en ronda, de pie. Uno arroja una pelotita (lo ideal es trabajar con pelotas de tenis, que son de fácil manipulación) a otro compañero, a quien previamente seleccionó con la mirada. El juego consiste en pasarse la pelota. De esta forma al avanzar el juego se pueden incorporar más pelotas, dependiendo de la cantidad de integrantes del grupo. Es recomendable para el éxito del trabajo no incorporar la palabra. La forma de medir la atención del grupo se registra por la cantidad de pelotas que se mantienen el aire, es decir que no caen al piso. Si la cantidad de integrantes es numerosa se recomienda comenzar por cuartetos, luego unir dos cuartetos y así hasta trabajar con el grupo completo. 

Cazador, león y escopeta

Todos en ronda. Cuando el coordinador dice león, hace un gesto de garras con los dos brazos extendidos y con cara de león. Todos repiten el gesto. Luego, dice escopeta y hace el gesto de sostener una escopeta. Todos repiten. Cuando dice cazador, se pone la mano en la frente simulando una visera mirando para todos lados y todos repiten el gesto. 

Ahora el coordinador hace los gestos de cazador, león y escopeta. Todos deben imitarlo. Luego irá alternando los gestos de los nombres y el grupo deberá estar atento para no confundirse. Siempre se debe seguir lo que dice y no lo que hace. 

Este juego lo podemos complejizar agregando otros nuevos tres gestos: Clinton, haciendo el gesto de “yo no fui” cuando le preguntaron por Lewinsky; Papa, el Papa haciendo un gesto de rezo; Tyson, haciendo en gesto de “en guardia” de boxeo; la dinámica es la misma que la anterior. 

Se complejiza porque ahora hay seis opciones. 

La mudanza

Todo el grupo en simultáneo debe descargar, de un camión imaginario, todos los objetos (también éstos imaginarios) de una mudanza y en un ambiente. Sin superponer objetos, ni repetirlos, ni chocarse con los compañeros. Si el grupo es muy numeroso se puede hacer en dos o más subgrupos. Este ejercicio se puede desarrollar en absoluto silencio o todos juntos cantando una misma canción.

El hipnotizador

El juego se realiza en parejas. Uno debe extender su brazo y colocar la palma de su mano a noventa grados respecto del antebrazo, el otro debe mirar la palma de la mano del compañero conservando una distancia de 10 cm que debe mantenerse durante todo el ejercicio. El hipnotizador moverá primero la mano y luego se irá desplazando por todo el salón, buscando diferentes niveles y velocidades. De esta forma obligará a su compañero a concentrarse en la consigna. Luego cambian de roles. 

  • El imán: es una variación del anterior. La estructura es la misma, pero lo que se modifica es la zona atraída, es decir el hipnotizador al abrir su mano “mágica” señala una zona del cuerpo del hipnotizado, éste generará el movimiento a partir de esa zona. 
  • Otra variante es cambiar la zona de atracción del hipnotizador. Con una parte de su cuerpo señala otra del compañero y de esta forma se establece el lazo de vínculo. Se debe aconsejar que las zonas señaladas deben estar siempre a la vista, ya que si no es así, el ejercicio sería muy difícil de realizar. Dado que sólo con una concentración muy profunda podría seguirse a través de la sensación de calor o de descarga energética. 

El espejo

Por parejas, enfrentados a una distancia de aproximadamente un metro, un compañero se mira en el espejo y el otro hará de reflejo. Deberá tratarse de no hacer movimientos muy rápidos, que son difíciles de seguir, como también movimientos ocultos tras la espalda. A la orden del coordinador se realizarán cambios de roles para lograr que la pareja entre en sintonía. Una vez realizados varios cambios, la pareja irá efectuando independientemente los cambios sin hablar y sin acordarlos previamente, sino que cada uno comenzará su rol según las necesidades de cada pareja en ese momento. Lo que se intentará construir es un movimiento espontáneo hecho de a dos a la vez. Lo que recomendamos para los integrantes es no estar sordo a lo que propone el otro y no estar mudo en una actitud pasiva. El coordinador podrá incentivar el trabajo proponiendo cambios de niveles y distancias, como así también velocidades. 

El espejo grupal

Se disponen dos hileras por parejas enfrentadas y se delimita una zona en el piso, a la que no se puede transgredir, que hará de espejo. La estructura por parejas es similar a la anterior, lo que se agrega son los desplazamientos laterales (derecha, izquierda) del espejo. Como a ambos lados hay compañeros trabajando a los que se los puede molestar (sin tocarlos) habrá que estar bien concentrados. Recomendamos especial atención a los giros que se hacen difíciles de seguir, como también a determinadas posiciones de la cabeza o ponerse de espaldas, que como ya dijimos antes dificulta sobremanera el seguimiento del trabajo.  

El reflejo

Se distribuye al grupo por todo el salón, de manera tal que cada compañero tenga a la vista dos compañeros, es decir, el primero se instala frente a ellos con una mirada panorámica. Previamente se eligen algunos compañeros que a la orden del coordinador empezarán el movimiento. El juego comienza con un movimiento inicial que realizará un compañero, que se irá reflejando uno a uno a lo largo de todo el circuito. Una vez concluido el circuito, se cambia de compañero iniciador del movimiento. 

El último gana

Se dispone al grupo en filas en uno de los extremos más distantes de la sala. Si el grupo es muy numeroso, se arman varias filas, una detrás de la otra, que irán saliendo con una diferencia de unos segundos, una de la otra. El dispositivo es idéntico a una carrera deportiva, pero a diferencia de ésta el que va a ganar va a ser el último en llegar. La carrera se realiza en cámara lenta, es decir, el movimiento debe ser fluido y constante, sin cortes o detenciones, pero a la menor velocidad posible.