Creatividad corporal
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Un aspecto muy importante para el desarrollo de la expresión corporal y la consciencia del cuerpo en escena. Se trabaja con dinámicas para comprender que somos el cuerpo y que sin él no vamos a ningún lado y para comprender la integración del mismo.
El grupo se dispondrá en círculo, sentados a lo indio. Cada participante apoya sus manos sobre las rodillas más cercanas de sus compañeros. El facilitador indicará un participante el que iniciará el movimiento, dando un golpe en la rodilla sobre la que se apoya la mano, hacia el lado derecho. Siguiendo el orden de las rodillas, no el de las manos, y siempre por la derecha, el golpecito irá viajando. Cuando un participante de dos golpes en vez de uno, se invertirá el sentido del viaje. Cuando una mano falle por adelantarse al movimiento o realizarlo cuando no le corresponde, quedará muerta y el participante deberá llevarla a la espalda. Continuará la dinámica, pero esta vez habrá que saltarse la rodilla que quedó sin mano, lo que aumentará la complejidad de la actividad. Cuando un participante falle el golpe con sus dos manos, se retirará del círculo y se acomodarán los que van quedando. La actividad finalizará cuando quede un ganador o cuando el facilitador lo estime conveniente.
El grupo se dispondrá en círculo, sentados. El facilitador repartirá a cada participante un papel. Los papeles estarán todos en blanco, excepto uno que tendrá una “X”. El facilitador indicará que quien obtenga la “X” será el asesino, quien podrá hacerse de dos cómplices guiñando el ojo sin que el resto del grupo lo note. El asesino y sus dos cómplices deberán “matar” a sus compañeros sacando la lengua de forma disimulada. Un cómplice podrá “matar” a otro cómplice (porque entre ellos no saben quién es el otro), en cuyo caso el asesino podrá elegir un nuevo cómplice guiñando el ojo a otro participante. Cuando alguien muere deberá dramatizar su muerte con gestos y sonidos hasta caer al suelo. El objetivo del asesino y sus cómplices es matar al resto del grupo sin ser descubiertos. El objetivo del grupo, en tanto, es descubrir quién es el asesino. Si un participante tiene sospechas de quién es, ambos mostrarán sus papeles. Si la acusación resulta ser falsa, los dos quedarán fuera de la actividad y el resto del grupo continuará la dinámica. En caso de ser cierta, el asesino ha sido descubierto y nalizará la actividad. Las personas participantes que hayan muerto no pueden acusar sospecha, como tampoco lo pueden hacer los cómplices.
El facilitador deberá llevar algunos diarios para realizar esta actividad o indicar con antelación al grupo que lleven noticias para ese día. El grupo se distribuirá libremente por el espacio y revisarán los diarios hasta encontrar una noticia que sea de su interés. Si el grupo es numeroso podrá ser separado en grupos más pequeños y cada grupo escogerá una noticia. Si, en cambio, el grupo es más bien reducido podrán trabajar como un solo equipo y deberán escoger solo una noticia de forma democrática. Una vez escogida la noticia el facilitador indicará que deberán separarla en cinco momentos los cuales serán “fotos”, es decir, cuadros estáticos a través de los cuales contarán la historia. Una vez que se encuentre listo el grupo, deberán contar la noticia a través de estas cinco fotos o cuadros, indicando que los espectadores (resto de los compañeros) deberán permanecer con los ojos cerrados hasta que el facilitador dé la indicación de “acción”. Abrirán entonces los ojos durante siete segundo y luego los volverán a cerrar durante cinco segundos para que el grupo cambie de posición para el siguiente cuadro. Así continuará la dinámica hasta que termine la historia. Para nalizar se recomienda hacer una breve ronda de comentarios acerca de la actividad.
El grupo se dispondrá en círculo y el facilitador escogerá al azar a un participante, al que le pedirá que se retire del lugar. El grupo elegirá de forma democrática un “director de orquesta” a quien el resto del grupo deberá observar disimuladamente para imitar cada gesto que realice. Los gestos deberán corresponder a la acción de tocar algún instrumento de forma silenciosa y deberán cambiar cada cierto tiempo (por ejemplo cada 10 segundos). Una vez que comienza la acción, el facilitador reintegrará al participante que fue apartado del lugar y le indicará que se ubique de pie en el centro del círculo. Desde allí deberá adivinar quién es el director de orquesta en un máximo de tres oportunidades. Luego de acertar, el director de orquesta saldrá del lugar y será el próximo en adivinar. La actividad analizará cuando todas las personas participantes hayan interpretado el rol del director o cuando el facilitador lo estime conveniente.
Se dispondrá al grupo en círculo. El facilitador comenzará la actividad con una frase sumada a un gesto particular que todos deberán repetir. La frase será: “La abuela fue a la feria y compró un molinillo de café”. El gesto en ese caso será girar la mano izquierda. El grupo repetirá la frase más el gesto y luego, quien se encuentre al lado derecho del facilitador, deberá decir las misma frase incluyendo el gesto, sumado a una nueva frase con el mismo enunciado, como por ejemplo: “La abuela fue a la feria y compró un abanico” y deberá inventar un gesto particular como mover la mano derecha hacia adelante y atrás como un abanico. El grupo deberá repetir ambas frases y gestos correspondientes y así continuar la dinámica siempre hacia el lado derecho. Al participante que le corresponda el turno, siempre deberá comenzar repitiendo todas las frases anteriores antes de sumar el nuevo enunciado. En caso que algún participante se equivoque se resta de la actividad, analizando cuando quede un solo participante en el círculo.